Esta vez sí lo conseguiré, no quiero seguir así, estoy agobiad@, atascad@ y atrapad@ en mi vida… No me gusta, no soy feliz, pero… Quiero un cambio, ya no puedo más…
¿Te suena?
Salir de mi zona de confort: el cambio
Desde que somos pequeños tenemos muchos sueños sobre lo que queremos ser de mayores, sueños que se van modificando a medida que vamos creciendo, ya que nuestros intereses cambian o nos vemos “obligados” a elegir otros, debido a nuestras circunstancias, o porque simplemente resultan opciones más fáciles y cómodas.
Los años pasan y nos vemos envueltos en una vida que nada tenía que ver con lo que habíamos imaginado, con esos sueños quizá adolescentes o de jóvenes veinteañeros… La rutina y el aburrimiento nos pasan factura: un trabajo que en el fondo no nos gusta pero no se nos da mal, quizá una pareja que no nos satisface pero a la que le tenemos cariño, una ciudad en la que no estamos a gusto pero en la que todo queda cerca, sin nada que nos motive pero tampoco deprime… Y así día tras día, sin cambios, pensando “bueno, mi vida no es una maravilla pero tampoco se está tan mal, es cómoda”.
A veces puede que nos cuestionemos lo que queríamos ser y lo que realmente somos, y deseamos que algo cambie, o mejor dicho, que alguien venga y nos cambie, que en el fondo no estamos tan mal y los cambios dan mucha pereza, y miedo, y nos empezamos a preguntar ¿y si sale mal? ¿ Y si esto…? ¿Y si lo otro…? ¿Verdad?
Quizá no nos planteamos nada aunque somos conscientes de que nuestra vida no nos satisface, o quizá es nuestra pareja la que nos pide un cambio, salir de la rutina, una vida “nueva”, pero no estamos muy convencid@s. Y es que nos pueden el miedo y la pereza de salir de nuestra zona de confort.
¿Qué es esto de la zona de confort?
Es todo aquello que nos hace sentir seguros: las personas, sitios, actividades, ambientes de los que formamos parte, conocemos y en los que nos sentimos cómodos y tranquilos, por más rutinario, aburrido o estresante que nos resulte.
Es como si dentro de nosotros existiese una vocecita que nos grita “¡No cambies! ¡Quédate en tu zona de confort!” . Y así siguen pasando los días y no nos atrevemos a hacer algo nuevo o diferente, simplemente nos quejamos de todo, pero no hacemos nada para cambiarlo.
Nosotros mismos nos ponemos una barrera, un límite en nuestra zona de confort (por el miedo a lo desconocido y la comodidad) que realmente lo que hace es evitar que disfrutemos de la vida, que probemos cosas nuevas.
Quizá por miedo al cambio, al fracaso, por pereza o simplemente por rutina o por hacerle caso a los demás, no salimos de nuestra zona de confort.
Pero… ¿y si no quiero salir de mi zona de confort?
Está bien, tienes razón y estás en todo tu derecho a decidir no cambiar aquello que te es conocido pero que te incomoda, que te causa malestar y por lo que tanto te quejas…
Solo quiero que pienses en la posibilidad de eliminar esta barrera, de expandir los límites de tu zona de confort. Una posibilidad que te permitiría vivir nuevas experiencias, conocer nuevas personas o actividades, y que en definitiva te haría seguir creciendo, avanzar sin estancarte. Lograr que tu vida fuese más satisfactoria, consiguiendo poco a poco que lo que ahora está fuera de tu zona de confort y parece imposible o peligroso, se convierta en algo seguro y acabe formando parte de tu nueva zona de confort, que cada vez es más grande.
¿Cómo puedo salir/expandir mi zona de confort?
Si estás decidid@ a cambiar, pero te da miedo y no saber por dónde empezar, te doy algunos consejos para ayudarte:
- Párate a pensar aquellas cosas de tu vida que no te gustan: ¿qué podrías hacer para cambiar? ¿qué necesitas?
- Haz pequeños cambios: en ellos está la diferencia. No hace falta (ni es bueno) que de la noche a la mañana desmanteles tu vida. Introduce pequeños cambios como una nueva actividad deportiva, un curso de formación en un área diferente a la habitual, cambiar el local al que sueles ir a tomar un café… Pequeños cambios en tu día a día te permitirán enfrentarte poco a poco al miedo a lo desconocido y ver que no solamente eres capaz sino que también disfrutas realizando cosas nuevas.
- No tengas miedo a equivocarte: los errores forman parte del aprendizaje. ¿Acaso no te caíste una y otra vez antes de ir en bici a toda velocidad?
- Clarifica y analiza tus miedos para poder hacerles frente: ¿qué se esconde realmente detrás de cada “no puedo”, “no soy capaz”? ¿qué es lo peor que podría pasar? ¿cuántas veces has dicho “no puedo” y has podido? ¿cuántas cosas has conseguido a pesar de decir que no eras capaz de lograrlo?
- Tu vida es tuya y de nadie más, solamente tú decides el camino que quieres seguir, no vivas la vida que los demás quieren. ¿Realmente crees que puedes seguir mucho tiempo haciendo algo que no te gusta pero que satisface a tu familia?
Guiando el cambio
Quiero proponerte una reflexión que te ayudará a ver más claro qué no te gusta de tu vida y por dónde empezar el cambio.
Imagina que tienes una bola de cristal mágica que te permite ver el mundo de forma ideal, y ahí estás tú: tu “yo ideal”, ese que ha conseguido ser todo aquello que querías y tiene la vida que querías. ¿Cómo te ves? ¿Cómo es en cada una de las áreas importantes de la vida?
- ¿Cómo es en pareja? ¿Qué tipo de relación tiene?
- ¿Cómo es con la familia? ¿Qué tipo de hij@ es? ¿Cómo es como padre/madre, hermano/a…?
- ¿Cómo se comporta con sus amig@s? ¿Cómo es el amigo ideal?
- ¿Qué empleo desempeña? ¿Qué tipo de trabajador es con respecto a sus compañeros o empleados? ¿Sigue formándose?
- ¿Qué hace en su tiempo libre? Actividades, deportes que hace…
- ¿Qué significa la vida para él/ella? ¿Cree en un grupo religioso organizado, o en la naturaleza…?
- ¿Cómo se comporta con la comunidad? ¿Está comprometido con alguna causa o es voluntario?
- ¿Cómo es su bienestar físico? ¿Duerme y come bien? ¿Realiza ejercicio?
Ahora, vuelve a la realidad y piensa cómo es tu vida en una cada de las áreas que antes imaginaste de tu yo ideal… ¿En qué se diferencian? ¿Qué podrías hacer para tu vida fuese más parecida a la de tu “yo ideal”?
Esta reflexión forma parte de los ejercicios de narración de los valores que cada uno de nosotros tiene y que realizamos habitualmente en nuestra consulta. Sirve para guiar en los procesos de cambio hacia la dirección valiosa de cada persona.
Para terminar, os dejamos con un vídeo muy interesante sobre nuestra zona de confort y el proceso de cambio.
Y recuerda: si no estás a gusto con tu vida, quieres un cambio y no sabes por dónde empezar, ¡podemos ayudarte!
Deja una respuesta