Eterno resplandor

Tenía un poco olvidada la sección de Arte y Psicología, hoy quiero recuperarla a propósito de mi último post sobre el amor, La importancia de cerrar círculos, para hablaros de una de mis películas favoritas, Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (en España, Olvídate de mí), del director Michel Gondry.

Eterno resplandor es mucho más que una película sobre el amor (y el desamor), en ella, unos fantásticos Jim Carrey (Joel) y Kate Winslet (Clementine) se enamoran rápidamente. Pero como en toda relación, aquello que fascina al principio, con el tiempo acaba siendo muy irritante, y la relación llega a su fin.

Lo interesante comienza cuando Joel descubre que Clementine ha acudido a una clínica que permite borrar los recuerdos y ha eliminado cualquier rastro de su relación, y él decide hacer lo mismo.

Me encanta cómo nos van contando su historia de amor a través de los recuerdos de Joel durante el proceso de borrado, la mezcla de lo real con el subconsciente, la resistencia de él (su lucha por mantener determinados recuerdos), y porque nos hace plantearnos tras ver la película un importante dilema moral: ¿borrarías tus recuerdos? ¿con qué fin? 

eterno resplandor

Muchas veces cuando pasamos por momentos difíciles (rupturas, duelo, cualquier fracaso o decepción…), daríamos lo que fuera por acostarnos y al levantarnos al día siguiente poder empezar de cero, eliminar todo ese dolor, borrarlo de nuestra memoria, ¿verdad?

Si se ofreciese este servicio, ¿qué borrarías? ¿cómo te gustaría que fuese tu vida mañana?

Qué dice la ciencia

Existen diversos centros actualmente que estudian cómo potenciar, modificar o eliminar los recuerdos, y están teniendo resultados positivos en animales, por lo que creen que sería posible extrapolar estos resultados en seres humanos. Así que quizá no estemos tan lejos de que exista en un futuro una posibilidad de eliminar selectivamente nuestros recuerdos.

De todas formas entraríamos en un eterno debate ético y moral sobre los límites de los recuerdos que se podrían eliminar, quién lo decidiría y cómo, así que creo que aunque existe esta posibilidad no se comercializaría con ello.

Si te interesa, puedes leer más sobre alguno de estos estudios aquí:

Dejando a un lado estas posibilidades, la realidad es que somos lo que hemos vivido, tal cual, nuestras experiencias desde pequeños (incluyendo logros y fracasos) han ido modificando cómo somos, cómo nos planteamos las cosas y cómo las vivimos. Para bien y para mal.

Cuando era pequeña me decían muchas veces que sólo aprendería de mis errores, que tenía que fallar, caerme para poder aprender a levantarme y seguir luchando. Me costó mucho tiempo darle la razón a mi madre y comprobar que tras cada error que he cometido he aprendido mucho más que las veces que he logrado a la primera lo que buscaba.

Entonces, ¿qué pasaría si eliminásemos nuestros «errores»? No habría aprendizaje y por lo tanto volveríamos a cometer una y otra vez los mismos fallos.

Asimilar, aceptar y adaptarnos a todas nuestras circunstancias negativas nos permite madurar, crecer, nos ofrece nuevas alternativas, no quedarnos estancados, en definitiva aprender.

eterno resplandor

Esta película nos hace plantearnos todas estas cuestiones, y más, sobre el sentido de la vida, la memoria, el amor y en concreto de su parte más amarga, la del sufrimiento y de la superación.

«Todos tenemos recuerdos que nos avergüenzan o que desearíamos que no hubieran pasado. Pero los sentimientos incómodos que evocan evitan que cometamos errores en el futuro. Aprendemos por la experiencia y esos recuerdos son los que nos hacen ganar sabiduría”  Dr. Matthew Lattal

 

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=0VzxS7VklxM]

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