Día Mundial de la Salud Mental

Hoy, 10 de octubre, es el Día Mundial de la Salud Mental, y el lema elegido este año es:

“Educación inclusiva, salud mental positiva”

El objetivo es reivindicar una educación que apueste por los valores, que trabaje la diversidad y la inclusión y que tenga en cuenta los retos de una sociedad que cambia a una velocidad de vértigo, para que se consiga una salud mental más positiva de las generaciones futuras.

Todavía queda mucho camino por recorrer, y en nuestra mano está hacer que la integración e inclusión de cualquier persona que tenga una enfermedad mental, sea más fácil.

 

Estigmas y rechazos

Tras tantos años de lucha desde las Asociaciones y profesionales sanitarios que trabajan en el ámbito de la Salud Mental, parece mentira que todavía se sienta rechazo al escuchar las palabras “trastorno” o “enfermedad mental”. Que se piense en locura, en violencia, descontrol, peligro, manicomios… Los mitos, estigmas y la falta de información real sobre Salud Mental, ayudan a mantener dicho rechazo en la sociedad.

Resulta curioso, ya que sabemos que tiene gran incidencia en la población: 1 de 4 personas sufrirá en algún momento de su vida una enfermedad mental, incluyendo entre ellas, la ansiedad o depresión.

La mitad de los trastornos mentales se desarrollan antes de los 14 años y la cifra aumenta hasta el 75% antes de los 18. Las personas de entre 15 y 29 años han sufrido algún tipo de problema de salud mental, siendo el suicidio la segunda causa de mortalidad entre ellos

La OMS estima que, en 2020 la depresión será la segunda causa más importante de incapacidad en el mundo.

Si echamos la vista atrás, está claro que hemos avanzado. Las personas con una enfermedad mental ya no son torturadas o abandonadas a su suerte. Pero tampoco se puede decir que estén integradas en la sociedad o, en general, que tengan una vida plena. Menos de un 16% de ellas trabaja.

Feafes-Galicia, organización gallega que trabaja en la rehabilitación psicosocial de las personas con enfermedad mental, recuerda que un problema de salud mental no define a nadie como persona, sino que se trata de una circunstancia más en su vida.

«La gente sigue creyendo que son personas violentas, pero realmente no son las que tienen un mayor índice de violencia. En treinta años de la asociación, no hemos tenido ni un caso de agresión a un trabajador. Y no tenemos seguridad. Es una enfermedad crónica que se controla perfectamente con medicación»

Juan Manuel Adá, gerente de DOA, asociación integrada en Feafes y que gestiona 89 plazas en centros de rehabilitación y 34 en residenciales.

 

Sufrir un trastorno mental, conlleva un gran sufrimiento, tanto para la propia persona, como para su familia. Puede llevar asociada una discapacidad debido a las dificultades y limitaciones que provoca en la vida de la persona, además de aumentar el riesgo de suicidio y también el aislamiento social.

Por si fuera poco, también crecen las posibilidades de padecer otras enfermedades como el cáncer, diabetes o problemas cardiovasculares.

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La situación actual en Salud Mental

Más de la mitad de las personas que sufren una enfermedad mental y que necesitan tratamiento farmacológico, no lo reciben, y un alto porcentaje de los que lo hacen, no tienen el adecuado.

Actualmente, el modelo de Salud Mental que predomina en España, en resumen, es el siguiente:

Si una persona con un brote psicótico por ejemplo, es ingresada en el hospital, se le pone una etiqueta (diagnóstico por ejemplo esquizofrenia paranoide).

En el alta o se manda para su casa con un tratamiento que asusta y con poca información (sin olvidarnos de mencionar las palabras grave, crónico y deterioro) o puede tener la opción de ir a un Centro de Rehabilitación.

En el Centro de Rehabilitación, en el mejor de los casos contará con un buen equipo de profesionales. Pero quizá saturados y desbordados. Y donde sigue predominando la idea y el trabajo desde un punto de vista paliativo para enfermedades crónicas y pacientes pasivos. En definitiva, «tomar la medicación y no molestar».

Tras leer esto que no se ofenda nadie. No estoy diciendo que en los Centros de Rehabilitación se trate mal a las personas con enfermedad mental. Pero todavía queda muchísimo por hacer, y los profesionales necesitan muchos más recursos para poder ayudarles como es necesario.

 

Soy como tú… aunque no lo sepas

Lo que más reclaman las personas con enfermedad mental y sus familiares, es poder vivir una vida lo más plena posible, igual que tú e igual que yo.

Jóvenes (y no tan jóvenes) que pasan su vida en ingreso tras ingreso, probando medicaciones y estancias en centros de rehabilitación. Días monótonos, de «no puedes esto», «no puedes lo otro», «estás enfermo», «no sirves», «nunca podrás llegar a»… frustración, desesperanza.  Y con reflexiones como cualquier otro joven sin enfermedad mental:

“Yo solamente quiero ser feliz, me gustaría salir, conocer a alguien, que me quieran. ¿Sabes que nunca he estado con una chica? ¿Cuándo podré hacer vida normal? No quiero pasarme así el resto de mi vida”

El lema del año pasado, «Trabajar sin máscaras, emplear sin barreras», buscaba normalizar y ayudar a seguir rompiendo el estigma que impide la inserción plena y la normalidad para las personas con problemas de salud mental.

Para cualquier individuo, el trabajo es un área muy importante. Dejando a un lado la parte económica, nos permite sentirnos útiles, autónomos, independientes y por tanto ser autosuficientes. Y en personas con problemas de salud mental, fundamental para ayudar en la recuperación. Aún así, el temor, desconocimiento y dudas impiden que no puedan tener la oportunidad de intentarlo.

 

Por un nuevo modelo de Salud Mental

Mi queja y mis reivindicaciones hoy, se suman a las de muchos compañeros profesionales de la Salud Mental: por un nuevo modelo de Salud Mental en el que los pacientes pasen a ser personas activas en su tratamiento. Dejando a un lado la cronicidad, con menos medicación y más recursos personales. Es un camino más difícil, sí, pero a la larga ofrece mejores resultados en cuanto a integración.

Existen opciones, válidas y contrastadas que ofrecen una mayor calidad de vida a las personas con enfermedad mental, como por ejemplo:

  • el tratamiento asertivo comunitario
  • el modelo finlandés de diálogo abierto
  • el modelo sueco de la Fundación de Cuidado Familiar en Gotemburgo.

 

Ojalá algún día nuestro modelo de Salud Mental tenga más en cuenta este tipo de tratamientos en los que lo que de verdad predomina es el bienestar de la persona y su recuperación, no un listado de síntomas y cócteles de pastillas.

Si queréis conocer más sobre estos modelos alternativos de Salud Mental, podéis echarle un vistazo a los siguientes documentales:

 

  • «Diálogo abierto», documental sobre el Proyecto Diálogo Abierto en Laponia Occidental. Un programa que está obteniendo los mejores resultados en el mundo desarrollado para el tratamiento de primer episodios psicóticos. Con aproximadamente una tasa de 85% de recuperación completa, la mayoría sin medicación.

 

 

  • «Curando en casa»: documental sobre la recuperación de la psicosis sin la utilización de medicación. Una exploración en profundidad de la Fundación Cuidado Familiar. Organización sueca que coloca a las personas a quienes la psiquiatría tradicional les ha fallado, en familias, muchas de las cuales son familias granjeras, como punto de partida para una nueva vida.

 

 

  • «Desconectados», un ejemplo del tratamiento asertivo comunitario en Avilés.

 

 

Y recuerda, está en tu mano ayudar en la integración de cualquier persona con enfermedad mental. 

1 comentario
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