La importancia de cerrar círculos: una nueva etapa

amor

Hacía tiempo que tenías ganas de escribir otro post sobre amor (o sobre el desamor más bien) y el «maravilloso» proceso que comenzamos cuando se produce una ruptura y debemos aprender a reconstruirnos poquito a poco.

Una historia de amor (y desamor)

Pero empecemos por el principio, como en toda historia chic@ conoce a chic@ y tras varios (y diversos) encuentros, se van dando cuenta de que no solamente es una atracción lo que sienten, digamos que existe cierta «conexión«. Sigue pasando el tiempo y cada vez nuestros chic@s están mejor juntos. Si hablásemos de etapas, estarían en la del enamoramiento, de ceguera o de idiotez en la que todo es maravilloso y la persona que tienes al lado es perfecta.

¿Os suena verdad? Para nuestros protagonistas el tiempo sigue pasando, quizá sean meses o años, la relación va madurando y ya uno se va dando cuenta de que ni todo es tan maravilloso ni que la otra persona es tan perfecta como creíamos, pero no importa, quizá incluso hasta se enamoren más al descubrir la perfección de la imperfección, a apoyarse en las debilidades, a quererse.

Sigue pasando el tiempo y lo que en un principio fascinaba, después pasó a tolerarse y ahora comienza a ser insoportable. Esas pequeñas cosas que hicieron que se enamorasen el uno del otro, ahora cada día hacen que se alejen un poquito más. Uno comienza a preguntarse si esta es la vida que quería, a pensar si realmente sigue queriendo a la persona que tiene al lado o si «es lo más cómodo y total en el fondo así tampoco se está tan mal».

El tiempo pasa, cada vez hay menos momentos de complicidad, de sonrisas juntos, menos sexo, menos comunicación y quizá más reproches (o gritos), sentimientos de culpa, frustración, dudas, dudas, y más dudas. ¿Y si se acaba? Y un día, uno de los dos, o de mutuo acuerdo (no suele ser lo más común), lo ve claro, es el fin de la relación, ya no tiene sentido permanecer junto a esta persona.

Quizá durante todo este tiempo haya habido terceras personas, quizá uno de los dos sigue realmente enamorado y lucha por recuperar lo que había en un principio, puede que hasta se acuda a terapia de pareja, al círculo vicioso de la dependencia emocional, al romper-volver-romper

pareja

Cuando llega el fin…

Esta podría ser una típicas historia de amor (y desamor) que te han podido pasar a ti o a cualquiera que tengas cerca. Quizá hayas sido tú el que dejó o quizá el dejado, esto es importante a la hora de cerrar el ciclo, ya que muchas veces el dejado no comprende el fin de la relación, lo que le impide seguir avanzando.

La relación se ha acabado, «¿y ahora qué?». Estoy convencida que esta es la pregunta que más te repetías en esos momentos junto con «¿qué hago con mi vida? ¿por dónde empiezo?».

Al igual que cuando se muere un ser querido, cuando nos enfrentamos a una ruptura amorosa también estamos ante un proceso de duelo, y es que la vida tal como la conocíamos, ha cambiado, es un punto y aparte. Incluso nosotros ya no somos las mismas personas. Así, pasaremos por diversas etapas mientras nos vamos adaptando a nuestra nueva realidad sin esa persona, lo que al final nos permitirá aceptar la nueva situación mientras nos vamos reconstruyendo de nuevo.

Quiero recalcar bastante lo de elaborar el proceso de duelo y de que es importante que cada uno se tome el tiempo que necesite (y cómo lo necesite) para superar su relación. Cerrando ciclos o el famoso «dejar ir», recuperarse antes de decidirse a comenzar una nueva relación.

Y es que esto último, la idea de que un clavo quita a otro clavo, es una de las situaciones que mayor confusión y malestar nos genera, nuevas relaciones que están condenadas al fracaso (aunque no nos guste esa idea). Nuestra falta de cariño nos lleva a tomar este tipo de decisiones, a no querer estar solos en estos momentos, a enganchar una persona con otra en nuestros intentos por huir del dolor (y es que ya sabemos que el duelo, duele).

Lo opuesto e igualmente incapacitante es el quedarse estancado, el no hacer nada y esperar a que la situación o incluso nosotros nos arreglemos solos. ¡Error! Esto no lleva a nada más que a sentirnos cada vez más inútiles, víctimas pasivas, tristes y con una falta de control sobre nosotros mismos y nuestras decisiones, en definitiva, a la espera de que algo o alguien nos solucione la vida.

Ambas opciones hacen que no elaboremos el proceso de duelo adecuadamente, que no podamos cerrar círculos y que repitamos los mismos errores una y otra vez. De hecho es un tema bastante frecuente en consulta, cómo poder cerrar una etapa adecuadamente, dejar el pasado atrás y aprender a centrarse en el presente.

desamor

Cómo cerrar círculos

Es más fácil hablar de ello que hacerlo, pero eso ya lo sabes, ¿verdad? Bien, partiendo de la idea de que cada persona es un mundo, así como sus circunstancias, propondré unas cuantas ideas a nivel general que quizá os puedan ser de utilidad si estáis atravesando una proceso de reconstrucción personal tras una ruptura o si queréis un cambio en vuestras vidas debido al estancamiento.

De cualquier formas, si estás sufriendo por tu actual relación, por la pasada, por etapas que no consigues cerrar o porque estás estancado y no sabes cómo salir de tu rutina, la mejor recomendación que puedo darte es que acudas a un profesional para que te guíe en este proceso y puedas dejar de sufrir.

Como comentaba antes, para poder salir de esta situación desagradable, lo primero es retomar el control de tu vida, levantarte y ser activo de nuevo, darte cuenta que todo depende de ti, no esperes que alguien venga a cambiarte.

  • Soluciona todos los asuntos pendientes que tengas con tu ex: conversaciones, dudas, deudas, cosas en común… Cuanto antes tengas claras estas cosas, antes podrás comenzar tu duelo sin llamadas inesperadas e interrupciones, todos sabemos lo que es empezar a sentirse bien y que tu ex quiera incorporarse de nuevo a tu vida.

 

  • Acaba «bien» con tu ex. Con esto no quiero decir que busques una amistad o un perdón, me refiero a que hacia ti mismo busques un enfoque que te permita dejar a un lado el rencor, la culpa o cualquier sentimiento negativo. Como una especie de adiós interno entendiendo lo que realmente sucedió, un ritual de despedida.

 

  • Ejemplo de ritual de despedida: imagina a tu ex sentado frente a ti, tómate el tiempo que necesites y cuéntale lo que te gustaría decirle, lo primero que se pase por tu cabeza, lo que sientes.. Agradece lo que recibiste y lo que aprendiste de la relación. Pide lo que crees haber perdido y necesitas recuperar, lo que crees que se ha llevado (ejemplo tu confianza o alegría). Cuéntale qué harás ahora con tu vida, tus planes y tus sueños, cuéntale lo que quieras. Por último, despídete, imagínate dándole un abrazo y dile que ahora vas a continuar con tu vida; y te vas dándole la espalda.

 

  • Sufre tu duelo, no lo reprimas: llora cuando lo necesites, desconecta de todo y aíslate si te hace sentirte mejor, apóyate en tus amigos y familiares… etc. En definitiva busca la mejor forma de ir expresando las emociones que sientes para poder seguir avanzando sin estancarse, paso a paso y con el tiempo que necesites, sin apurarse.

 

  • No te aferres a los recuerdos ni a la melancolía, ni a la falsa idea de los buenos tiempos pasados. Sé que esto puede ser una de las cosas más difíciles de este proceso. Nuevas actividades y metas para el presente y futuro te ayudarán. ¿Recuerdas los sueños que tenías antes, qué ha sido de ellos?

 

  • Redescubre tus anteriores planes, metas y sueños. O si ya no te convencen, reflexiona y busca unos nuevos. Céntrate en tus objetivos actuales, cuanto más entretenido estés en el presente, más lo disfrutarás y menos pensarás en el pasado.

 

  • Date caña, no te creas todo lo que te dices: ahora mismo tus pensamientos son tus peores enemigos. Quizá te digan que no encontrarás a nadie mejor, que la culpa es tuya.. etc. Todo un sinfín de maravillosos comentarios que te harán hundirte. No te dejes, busca argumentos a estos pensamientos, intenta recordar realmente cómo era la relación, lo bueno y lo malo, y cómo eres tú: una persona increíble. Quiérete.

 

  • QUIÉRETE de nuevo. Así en mayúsculas. Una ruptura suele dejar nuestra autoestima por los suelos y es una labor fundamental recuperar el amor propio.

 

  • Haz nuevas actividades, algo que jamás habrías hecho si siguieras en tu anterior relación. No te cierres a las nuevas posibilidades o aventuras. Prueba a decir más veces que sí a la vida. Esto puede sonar muy hippie pero descubrirás opciones y cambios tanto en ti como en quienes te rodean, que de lo contrario no te habrían sucedido.

 

  • No levantes muros ni te formas una coraza, permítete sentir de nuevo; y con el tiempo, ilusionarte, emocionarte, y en definitiva, amar.

 

  • Aprende de tu relación pasada, de tus (y sus) errores lo que no quieres en tu vida y lo que sí quieres para poder empezar de cero cuando aparezca una nueva persona.

 

  • Y lo más importante, confía de nuevo en ti, en tus recursos y en tus posibilidades.

 

modelo blue & white

Para terminar, me gustaría recomendaros  un libro acorde con el tema del desamor y el amor por uno mismo.

Y tú, ¿cómo has superado una ruptura amorosa? ¿Cómo has cerrado círculos?

tus zonas erroneas

5 comentarios
  1. hola saludos ELSA muy bueno tu articulo me parecio ocnreto y conciso y de hecho se puede poner en practica, soy psicólogo y me ha tocado aveces estos casos. un saludo a la distancia

  2. Con este artículo Elsa pone a nuestra disposición una guía detallada, un punto de partida crucial para que el duelo de la ruptura acabe resolviéndose en el único ámbito posible: en nuestra relación con nosotros mismos. Enhorabuena Elsa.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.